viernes, 30 de noviembre de 2007

Ladridos de emoción




En medio de ladridos, perros de todos tamaños, algunos ataviados con sus prendas deportivas y otros con sus mejores galas; se llevó a cabo el Perrotón 2007 en una de las avenidas más importantes de la Ciudad de México. El evento congregó a cerca de mil 500 participantes en compañía de sus perros.
Pirru y yo asistimos puntuales a la cita, el binomio 1490 llegó al área de salida. Fuimos acompañados de nuestro fan número uno, 1 en posición y en cantidad. Las escasas caminatas por los parques y calles rindieron frutos durante esta justa deportiva, en la que los participantes dieron muestra de condición física, esfuerzo y un profundo amor por sus mascotas. Nosotros dejamos de manifiesto estas dos últimas condiciones, pero fallamos en técnica y condición.
Las categorías en las que compitieron los binomios fueron: Cinco kilómetros, tres kilómetros y un kilómetros en la modalidad de ocho años en adelante y personas o mascotas con discapacidad.
Corriendo, caminando o trotando; los perros y sus dueños realizamos el trayecto marcado, algunos caninos se detenían para socializar con otros perros, mientras sus acompañantes solicitaban su concentración a través de chiflidos y palabras de aliento: ¡Corre campeón ya casi llegamos!
En otros casos los canes eran los encargados de alentar a sus dueños, obligándolos a mantener un paso presuroso. Yo me limité a correr con la esperanza de que Pirru me siguiera y no se quedara parado a mitad del recorrido:¡Pirru apurate que ese perro está muy grande y nos va a atacar!” Las amenazas no causaron mucho efecto en él, pero logramos conquistar la meta.
A pesar de la falta de técnica que pusimos de manifiesto en la competencia, nuestra hazaña atlética fue condecorada con una presea de participación.

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