Personaje que tiene un comentario para todo, su especialidad, los mandatarios opuestos a su ideología. Fiel admirador de Fidel, capaz de llenar la televisión venezolana con palabrería sin sentido, canta las rancheras y por si fuera poco, tiene la habilidad de desesperar hasta al más diplomático... Acertaron, se trata de Hugo Chávez.
El rey habló, pero no sólo por su pueblo, sino por todos aquellos a quienes el presidente venezolano ha llegado a molestar con sus juicios, opiniones e interpretaciones de la política internacional.
Parece que el rey Juan Carlos más que salir en defensa de Aznar, se vio arrastrado por la desesperación de las constantes interrupciones de Chávez, y, olvidandose del protocolo y las buenas maneras, pronunció las palabras que tanto mandatarios como ciudadanos alguna vez han querido gritar a la cara del presidente de Venezuela, ¿Por qué no te callas?
Tras la arrebatada reacción real, Hugo Chávez quedó como un hombre ecuanime, la víctima de los embates de rey; una conducta que el mejor amigo de Fidel, califica como la embestida de un toro bravo. Ni más, ni menos.
El rey habló, pero no sólo por su pueblo, sino por todos aquellos a quienes el presidente venezolano ha llegado a molestar con sus juicios, opiniones e interpretaciones de la política internacional.
Parece que el rey Juan Carlos más que salir en defensa de Aznar, se vio arrastrado por la desesperación de las constantes interrupciones de Chávez, y, olvidandose del protocolo y las buenas maneras, pronunció las palabras que tanto mandatarios como ciudadanos alguna vez han querido gritar a la cara del presidente de Venezuela, ¿Por qué no te callas?
Tras la arrebatada reacción real, Hugo Chávez quedó como un hombre ecuanime, la víctima de los embates de rey; una conducta que el mejor amigo de Fidel, califica como la embestida de un toro bravo. Ni más, ni menos.
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