miércoles, 12 de diciembre de 2007

Entre lágrimas y aplausos cae el telón de una época


“Un viejito regañón de barba”, “uno de los personajes más representativos de la cultura en España”, “el que sale de papá de Penélope Cruz en la película de Todo sobre mi Madre”, “un actor muy polémico que asombraba con sus declaraciones”, “imponente actor de cine y teatro”… Estas son algunas de las maneras en que algunos aragoneses recuerdan a Fernando Fernán Gómez, personaje que dedicó su vida a la cultura, al arte y a defender su opinión sobre cualquier otra. Nació a la par que su afición por el teatro, su madre dio a luz mientras estaba de gira en Perú. Fernando Fernán pasó los primeros años de su vida en Argentina, después llegó a tierras ibéricas, lugar donde alcanzó su consolidación como actor, guionista, director, escritor; todo un personaje clave en el panorama cultural y artístico de España. Sus inicios en el teatro llegaron en 1938, su talento y facultades histriónicas le permitieron colocarse rápidamente en el gusto de la gente y de los directores. Pronto dio el salto al cine, su primer papel protagónico fue en la película "Empezó en boda". Obtuvo la nacionalidad española en 1984 y a partir de ahí, se entregó con gran ahínco a otra de sus grandes pasiones, la escritura. Sus textos tuvieron gran aceptación entre los lectores de Diario 16 y del suplemento dominical del País. Fernán Gómez fue acogido como miembro de la Real Academia y a lo largo de su carrera se hizo acreedor a reconocimientos como: Premio Príncipe de Asturias, Goya y el Oso de Plata entre otros. Jóvenes y mayores lo recuerdan como un personaje de temperamento fuerte, capaz de cautivar con su voz y enmudecer con sus actuaciones. “Era un artista en toda la extensión de la palabra, no he visto mucho de su trabajo, pero la última película que hizo, Mia Sarah, ¡es chulísima! Era capaz de transmitir todo un mundo de emociones a través de sus interpretación”, señaló Eva Pascual. “Cuando algo no le parecía lo solucionaba mandando a todos a la mierda, su sola presencia era imponente. Sin duda toda España lamenta su muerte y echaremos de menos su intensidad y genio creativo”… Ana Díaz.
Artista de pies a cabeza que abandonó este mundo el 21 de noviembre a los 86 años de edad, pero su legado artístico y cultural vivirá por siempre entre nosotros.

lunes, 10 de diciembre de 2007

Navidad en Zaragoza


Estos días de asueto sirviron para hacer uno que otro trabajo, dormir mucho y disfrutar los encantos del ambiente navideño en Zaragoza. El camino al Pilar implica todo un derroche de luces. Muchos han protestado: que si el cambio climático, que si el ahorro de energía... lo que es cierto es que al pasear por ahí dan ganas de tararear villancicos, emular la risa de papá noel, comprar regalos e inevitablemente dejar escapar un suspiro de bienestar. La fachada en reparación del Pilar relega el esplendor de la plaza a un enorme Nacimiento. El principal atractivo para muchas familias que se dan citas armados con abrigos y una buena dosis de paciencia para hacer la cola. Otro de los nacimientos más esperados de Zaragoza es el de Ibercaja, los visitantes que se detienen a admirarlo son sorprendidos por copos de nieve que caen sobre sus cabezas, por un momento existe la ilusión de que la ciudad se cubrirá de blanco, pero unos pasos más adelante termina el efecto. A lo largo de una caminata por el centro de la ciudad te encuentras con una gama de instrumentos y personajes que prestan su voz a la navidad. Violines, acordeones, saxofones y contrabajo; son los encargados de completar la estampa navideña en Zaragoza con la diversidad de sus acordes. Los más pequeños señalan deslumbrados la iluminación que se presenta frente a sus ojos, los mayores van comiendo sus nueces mietras menean la cabeza al ritmo de "los peces en el río"... Así es la navidad en Zaragoza, todo un deleite para aquellos que encontramos en las fiestas decembrinas, la mejor época del año.

viernes, 7 de diciembre de 2007

D.F. on ice


El Gobierno del Distrito Federal se engalana con la presentación estelar de: "El D.F. on ice", espectáculo conformado por cientos de mexicanos con muy poca pericia que se deslizan en la plancha del zócalo capitalino cubierta con una capa de hielo. Después del exitoso estreno del verano, "las playas de la Ciudad de México", Marcelo Ebrard, jefe de gobierno del Distrito Federal, repite con una diversión muy invernal.

Las dimensiones de la pista la convierten en la más grande del mundo, en determinadas horas del día el sol derrite algunas áreas de la colosal placa de hielo, así que los patinadores son desalojados mientras todo vuelve a la normalidad.
Hasta el momento, el saldo de la atracción invernal: algunas lesiones, fracturas y largas colas desde la siete de la mañana para hacer uso de la pista. Dicen los que han estado que el ambiente es amenizado con cantos navideños, mientras los vendedores aprovechan para ofrecer guantes, bufandas y gorros para ir ad hoc con la temporada.
A partir de las nueve de la mañana los visitantes cuentan con 45 minutos para hacer gala de su destreza en el hielo, el precio, cero pesos, pero tal vez en unos días se vea compensado con algún hongo extraño en sus pies. Digo, no es por ser mal pensados, pero más vale tomar sus precauciones. Los policias encargados de resguardar el orden al interior de la pista, fueron sometidos a clases intensivas de patinaje.

Así es la Ciudad de México, todo pude pasar, playas rodeadas por enormes avenidas plagadas de tráfico, y lo de hoy, helada diversión en pleno zócalo. Que más podemos pedir, pan y circo...¡Viva México señores!